El papel del dietista-nutricionista en la diabetes tipo 2
A menudo esto es a lo que se enfrenta el o la dietista- nutricionista un paciente que posiblemente tiene diabetes tipo 2, y no lo dice. Va con la idea de perder peso , quiere orientación y estructurar una pautas de alimentación, ejercicio y de hábitos de vida saludable sí, pero con el agravante de que posiblemente el paciente tiene una diabetes
Contactaba conmigo hace unas semanas, una compañera dietista-nutricionista, que me confesaba cierta perplejidad y miedo ante la avalancha de personas con sobrepeso y obesidad que incesantemente acudían a la consulta para solicitar intervención por su parte.
No era sólo el hecho del peso lo que le preocupaba, sino que muchas de estas personas relataban que tenían el “azúcar un poco alto”. Según esta compañera, todo esto hacía aún más complejo el abordaje desde la consulta del dietista-nutricionista del que hemos hablado en este blog en diferentes ocasiones.
Quise saber qué era lo que le inquietaba y entre otras muchas dudas me planteó lo siguiente: “a veces, nos traen una analítica reciente con datos que muchas veces no sé interpretar correctamente”.
Intenté dar respuesta a todo esto, con la explicación que os comparto. Cuando tratamos el tema del “azúcar” es importante fijarnos en estos dos parámetros que aparecen en muchas analíticas: la glucosa y la hemoglobina glucosilada. No tengo duda de que todo esto no es más que un repaso de datos, porque me consta que los dietistas-nutricionistas conocen de sobra estos valores.
Glucosa:
hace referencia al nivel de “azúcar” en sangre y es interesante que se haya medido en ayunas y tras recogida de una muestra de sangre venosa. Por encima de 100 mg/dl y hasta cifras de 125 mg/dl estaremos hablando de “glucemia basal alterada”. Hay quien considera este rango entre 110-125 mg/dl, pero ante cifras por encima de 100 mg/dl, siempre tener la alarma encendida y ver evolución.
Hemoglobina glicosilada:
lo podréis encontrar también con el acrónimo HbA1c, y es un valor considerado como un valor medio del nivel de glucosa que ha presentado el paciente en los últimos 2-3 meses (8-12 semanas). Si este valor es ≥ 5.7% y hasta un tope de 6.4% consideraremos que estamos ante un “glucemia basal alterada” y deberemos estar vigilantes. Detallar que hay quien este rango lo establece entre 6-6.4%.
Si en la analítica que muestra el paciente, encontrarais valores de glucosa ≥ 126mg/dl o de hemoglobina glicosilada ≥ 6.5%, no hay duda: estamos ante una diabetes mellitus.
Aprovecho para adjuntaros material de American Diabetes Association que de manera gráfica repasa lo explicado con anterioridad: hablamos de prediabetes y diabetes.
Sumar conocimiento va en beneficio de los pacientes
Aclarado este punto, me comentaba esta compañera: “¿hay manera de adaptar las recomendaciones en alimentación y ejercicio físico a cada persona sin dar sólo pautas generales que pudiéramos dar a cualquier persona?”. Quise saber con más detalle a qué se refería, y me dijo: “me consta que hay posibilidad de conocer el genotipo de los pacientes para así poder realizar un abordaje personalizado y de precisión”.
Me explicaba esta compañera, que cada vez es más frecuente ver que muchas pautas y recomendaciones no resultan efectivas en algunas personas y que había leído que “los genes son responsables de todo esto y mucho más”. Aprovechando su interés, le pude contar que es posible estudiar los genes (técnicamente el genotipo) de los pacientes para poder especificar recomendaciones personalizadas en cuanto a nutrición, ejercicio físico, fármacos y otros aspectos emocionales (sueño, stress) para que el resultado obtenido resulte un éxito.
Todo lo que hacéis en la consulta los y las dietistas-nutricionistas, sin duda de manera inmejorable, en cuanto a alimentación, ejercicio físico, modificaciones/mejoras de hábitos de estilo de vida, se puede ver complementado con el apoyo de la perspectiva médica, y de la genética que a día de hoy nos permite hacer un tipo de recomendaciones farmacológicas, nutricionales, de suplementos y de actividad física a tener en cuentas por vosotras y vosotros en vuesrtas consultas para adaptar y diseñar pautas no sólo individualizadas sino personalizadas a cada uno: únicas, precisas.
Así es, en la actualidad esto es posible. Y además puede realizarse de manera muy sencilla, sin dificultad ni incomodidad para el paciente ni para el profesional.
De esta manera, tendíamos lazos de unión y acordamos que ante cualquier duda médica volvería a contactar conmigo y me pidió que le explicara con detalle como manejarnos con el estudio genético porque ella tenía claro: “yo quiero ofrecer a mis pacientes la excelencia en atención y obtener resultados positivos”.
Desde entonces, son ya varias las personas que desde la consulta de esta compañera me ha remitido para consultar y han sido estudiadas a nivel genético, y me consta que todo lo aportado por ambas, está resultando efectivo en estos pacientes.
Como a esta compañera, os tiendo la mano para que realicemos un abordaje colaborativo con el objetivo de aportar todo lo mejor a cada uno de nuestros pacientes.
Finalizo con un proverbio africano que es mi guía en el día a día: “Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”.